martes, 17 de febrero de 2015

Gestión de emociones - Adriana Reyes









¡Hola a todos! 
El jueves pasado tuvimos el placer de escuchar a nuestra colaboradora Adriana Reyes, psicóloga y ex-alumna de infancia de Lenoarmi, en el taller dedicado a cómo gestionar las emociones. 
Adriana ha tenido la amabilidad de hacernos llegar un resumen del taller para que todos podamos aprovechar algunos contenidos de éste para ir labrando con mucho amor y paciencia el camino de la primera infancia.
¡Muchas gracias Adriana! 
Noemí Suriol 
Directora de Lenoarmi 



 Trabajar las emociones en familia

Primero de todo recordad que.... 


Las emociones son propias del ser humano. Algunas son más agradables que otras, pero todas cumplen funciones importantes para la vida. Todas las emociones son válidas. No existen emociones buenas o malas.

Las emociones son energía y la única energía que es negativa es la energía que se queda estancada. Por esta razón, es necesario expresar las emociones, para que la energía no se estanque en el cuerpo. 

No podemos desconectar o evitar las emociones, porque a la larga nos van a pasar factura.

Todos tenemos la capacidad de gestionar nuestras emociones, y para poder gestionar las de nuestros hijos, primero es necesario gestionar las propias. 

Recursos para trabajar emociones:
  • Cuentos, películas, series, dibujos, y música  que les ayuden a reconocer qué están sintiendo.
  • 2 libros recomedados especialmente (El monstruo de los colores, Anna Llenas, Ed Flamboyant,2012.  Y Emocionario, Cristina Nuñez, y Rafael Romero, Ed Palabras Aladas, 2013).
  • Transmitiendo seguridad
  • Mostrando empatía
  • Elogiando y reforzando
  • No etiquetando
  • Siempre os vamos a querer a pesar de cómo os comportéis. 
¿Qué hacemos ante una rabieta?

La mejor manera de superar las rabietas las resumo en cinco puntos:



1. Comprendiendo que el niño no pretende engañarnos ni tomarnos el pelo.

Esto nos hará ser más flexibles y tener más paciencia. En realidad el niño está diciendo:- Yo no soy tú, quiero algo diferente a ti, pero todavía no sé lo que es. 
2. Escuchar activamente: Ponerse a su altura, mirarle a los ojos, y reconocer su enfado en vez de taparlo. - Veo que estás enfadado, ¿qué es lo que te enfada?
3. Comprender sus motivos: Transmitirle de forma calmada, que entiendes su enfado. Permitirle que exprese su enfado, es bueno para su desarrollo. 
4. No juzgar a nuestros hijos: Podemos expresar nuestra disconformidad, pero no atacamos la personalidad del niño o valoramos negativamente su conducta. Es decir, mi hijo no es más bueno o malo porque ha hecho una cosa bien o no. El niño siempre es bueno, aunque a veces yo no le entienda o no me guste lo que ha hecho. 
5. Proponer una alternativa sin imponersela, para que la rabieta se solucione cuanto antes. 
Normalmente si les “ignoramos” suelen volverse más sumisos y dependientes, aunque lo que vemos es un niño que mejora en sus rabietas. Pero la causa que provoca esa rabieta sigue en él y se manifestará de otra forma (ahora o en la adolescencia).

6. Las rabietas se pasan con la edad.

Llega un día en que el niño adquiere un lenguaje que le permite explicarse mejor que a través del llanto y las pataletas. También llega un día en que sabe lo que “es” y “quiere” y lo pide sin llevar la contraria a nadie. 


 Mañana os haremos llegar un ejemplo muy práctico y habitual con nuestros hijos.

Cualquier consulta me podéis escribir a: info@psicoemocionat.com y estaré encantada de atenderos.

Un saludo,

Adriana Reyes

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