martes, 28 de julio de 2015

¡No los perdáis de vista!

El descuido de los padres es la principal causa de ahogo infantil en piscinas.

Según explican los expertos, una de las principales causas del ahogo infantil en las piscinas es el descuido de los padres, el año pasado murieron 52 niños ahogados, la mayoría no sabían nadar y además estaban solos, la compañía y vigilancia de un adulto habría evitado el ahogamiento.

Apenas hace un par de semanas que empezó el verano y ya se han contabilizado 10 muertes de menores de seis años por ahogo, en la mayoría de casos se produjo por el descuido de los padres, siendo ésta la principal causa de la lamentable desgracia. Desde muchas organizaciones y asociaciones se advierte encarecidamente que no se debe dejar a los niños solos en ningún momento y hay que vigilarlos continuamente, pues basta un pequeño descuido para que el niño se ahogue.
El presidente de la Asociación de Víctimas de Accidentes apunta que es muy importante mantener una vigilancia continua de los menores, apuntando que el descuido de los padres es la principal causa de ahogo infantil en piscinas. Según comentan los socorristas, en sólo 20 segundos si un niño tiene las vías respiratorias dentro del agua ya se está ahogando, lo que muestra el poco tiempo que tienen ellos para actuar. Teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que se están bañando, resulta bastante difícil detectar con rapidez cuando un niño se está ahogando. Los socorristas tienen que estar atentos y ser vigilantes extremos, pero la responsabilidad de cuidar a los menores es de los padres, no es la primera vez que un padre relaja su vigilancia por la presencia de un socorrista, esto es un error.
Un socorrista no es una niñera, es una medida de refuerzo a la supervisión que deben realizar los padres. Los menores de 12 años tienen que estar siempre acompañados de un adulto incluso en piscinas de poca profundidad, nunca se sabe cuándo se puede producir un mareo, un golpe de calor o un resbalón que provoque la caída del menor al agua y corra el riesgo de sufrir un ahogo. Educar a los niños sobre los riesgos del agua es fundamental, también es importante enseñarles a nadar bien desde que son pequeñitos, todas las medidas que se adopten serán de gran utilidad para reducir el riesgo de que se produzca un ahogamiento.
El año pasado murieron ahogados en piscinas 52 niños, la mayoría no sabía nadar y además estaban solos, una temeridad de los padres que los pequeños pagaron con su vida. Merece la pena leer el siguiente decálogo sobre las medidas de seguridad infantil en las piscinas facilitado por la Asociación Nacional de Seguridad Infantil. En él se ofrecen medidas que ayudarán a evitar un accidente, para que los niños puedan disfrutar del sol y el agua con tranquilidad.
1. Vigilancia continua: NO existe sustituto de la supervisión adulta, es necesario realizar una vigilancia estricta y continuada, basta un despiste de unos minutos o confiarse para que se produzca un lamentable accidente. Los adultos deben velar por los niños de forma continuada, esta es una de las principales medidas recomendadas.
2. Norma 10/20: Esta norma alude a que se debe dar un vistazo al niño cada 10 segundos y el adulto debe colocarse a una distancia que no supere los 20 segundos de trayectoria hasta llegar al pequeño.
3. Evaluar riesgos: Dependiendo de la edad, hay que evaluar si un niño es capaz de llegar sólo a la piscina, si es así, hay que utilizar las medidas oportunas para evitar que esto suceda. En algunas piscinas se colocan vallas protectoras que impiden a los niños el acceso. Este tipo de medidas ayudan si los adultos se descuidan y el niño sale al jardín en dirección a la piscina.
4. Niveles de protección: Dependiendo de los riesgos, es interesante instalar las oportunas medidas de seguridad, además de las vallas, se pueden colocar alarmas como la citada al principio.
5. Aprendizaje y educación: Es muy importante que los niños aprendan lo antes posible a flotar y nadar, pero hay que decir que a pesar de ello no se debe bajar la guardia, hay que mantener la vigilancia, hay que tener en cuenta que se puede producir una caída, un golpe, un corte de digestión, un desmayo por el calor, etc.
6. Dispositivos de rescate: Se recomienda tener a mano los equipos de rescate oportunos, un salvavidas o una pértiga y tener siempre preparado un teléfono para poder llamar a los servicios de urgencia en caso de que sea necesario.
7. Orden: Es importante que tras finalizar el periodo de baño, todos los juguetes utilizados se recojan, no debe quedar nada en la piscina que capte la atención de los niños y quieran cogerlo, tampoco tiene que haber juguetes o pelotas cerca de la piscina, ya que pueden terminar en el agua y los niños podrían querer recuperarlos.
8. Drenajes: La revisión y el mantenimiento de estos elementos, así como el alejamiento infantil de las partes mecánicas y de los filtros de la piscina son las mejors medidas preventivas para evitar lesiones o mantenerse sumergidos por la succión sin posibilidad de salir a la superficie. Los adultos deben conocer como desconectar estos dispositivos.
9. Elementos de seguridad: Son algunos accesorios que hemos mencionado, vallas de piscina, alarmas, cubrepiscinas… elementos que evitarán que los niños se acerquen o puedan acceder a la piscina. Los flotadores y salvavidas deben revisarse y deben contar con la certificación comunitaria en materia de seguridad.
10. Emergencias: Como decíamos al principio, sería interesante realizar cursillos de primeros auxilios, tener preparados los números de teléfono de emergencias, policía, ambulancias, etc.
En el caso de que se produzca un accidente por ahogamiento y el niño haya logrado sobreponerse y dar la apariencia de que se encuentra bien, hay que acudir igualmente al centro médico más próximo, ya que existe riesgo de que se produzca un ahogamiento secundario o ahogamiento seco: El verano es la época del año que los niños reciben con mucha alegría porque pueden disfrutar del sol y del agua de piscinas y playas, por ello también es la época de mayor riesgo de ahogamientos, siendo necesario que los padres extremen las precauciones y sobre todo que sean muy vigilantes, no perdiendo de vista a los más pequeños en ningún momento. Hay que tener en cuenta que el ahogamiento es la segunda causa de muerte por accidente en niños.
Hoy queremos hablar de un riesgo que quizá algunos padres desconozcan y que tiene que ver con el ahogamiento, en el caso de que un niño haya sido rescatado del agua y respire pareciendo que se encuentra bien, hay que tener en cuenta que existe la posibilidad de que pueda morir en un rango de 76 horas posteriores al accidente sufrido, es lo que se denomina ahogamiento secundario.
Si se ha producido un ahogamiento infantil y gracias a la reanimación el niño ha sobrevivido, recuperando la conciencia e incluso comportándose como si no hubiera pasado nada, es imperioso llevarlo al centro hospitalario, ya que existe un riesgo potencial de que el pequeño sufra un ahogamiento seco, es decir, un ahogamiento en ausencia de agua que se produce a causa de un espasmo de la laringe que actúa como protección para evitar que entre el agua, pero también evita que pueda entrar aire en los pulmones. Este tipo de ahogamiento se produce cuando se ha introducido agua en los pulmones y se queda alojada en ellos a pesar de las maniobras de reanimación que se realizaron durante el accidente en la playa o piscina.
La acumulación de agua o líquidos que se produce en los pulmones es lo que se denomina edema pulmonar y no es algo que deba aparecer inmediatamente, de ahí que tras la reanimación el niño parezca sentirse bien y estar fuera de peligro. Pero como hemos indicado antes, el edema puede aparecer dentro de las 76 horas posteriores al ahogamiento y puede llegar a ser lo suficientemente grave como para acabar con la vida del niño. En el hospital los especialistas llevarán a cabo un examen físico y auscultarán pulmones y corazón, adicionalmente se podrán realizar otras pruebas como la medición de los niveles de oxígeno en sangre, hacer una radiografía, etc.
La vigilia intensiva de los padres puede evitar que los niños puedan sufrir un lamentable accidente, pero en el caso de que se produjera el ahogamiento y posterior reanimación, la regla a seguir para asegurar que el niño estará completamente bien es acudir al centro hospitalario. Si se detecta el edema los especialistas médicos administrarán la medicación oportuna, como por ejemplo la administración de diuréticos para expulsar a través de la orina el exceso de agua, y pondrán en marcha los procedimientos necesarios dependiendo de cada caso, mascarilla de oxígeno, colocar un tubo de respiración en la tráquea, utilizar un respirador, etc.

Fuente: Pequelia.es
Fecha: 05 de Julio de 2015 

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